Tras una ardua jornada encerrado en su studiolo, el uniformado se retiró y su Consejero, entrando furtivo, pudo ver lo realizado. Allí había libros de arte, biografías y tratados sobre estrategia bélica, así como planos por todas partes esparcidos, todos ellos en desorden, abiertos y con dibujos y anotaciones infinitas a lápiz. Fruto de un enloquecimiento endemoniado o de la más pura revelación de la genialidad, encontró incluso que su superior había teorizado sobre la idea de posesión de obras de arte, o que había trazado planes sobre mapas de Osetia, Georgia o Rusia (junto con la redacción de caóticas condiciones para su guerra), y hasta mapas también de países inventados por él, como si no le bastarán los ya existentes.
Intentó no tocar nada, pero descurbió una frase del mandatario, que podía decirlo todo, escrita sobre un plano de Farsalia en el libro de Julio César: "La influencia de las más grandes personalidades de la historia elevan el espíritu, pero no dejan de ser a su vez el calibre que no podrá superar el mismo". Fue la única que descifró el Consejero de la caligrafía de Vengando. Sintió un escalofrío. Y sabía bien que los retratos de la estancia le vigilaban.
Atentado por VENGANDO a las 15 de Agosto 2008 a las 04:38 PM