11 de Agosto 2008

PANEM ET CIRCENSES

Lejos de la guerra, y hastiado ya de los empresarios, banqueros y asesores financieros con los que se había reunido durante todo el día, y hastiado sobre todo de sus soluciones peregrinas (una lástima no ser dueño del petróleo), el mandatario, con esa "alegre" compañía, acudió al teatro mucho antes de lo que se esperaba. De hecho, el director de orquesta, cuando le vio, se inquietó y pidió a uno de los trabajadores allí que fuera a preguntarle si debían empezar ya, aunque no se hubiera ocupado ni la mitad del aforo.

-Que no se preocupe; le haré desde aquí una señal inequívoca con el cetro -le contestó al emisario cuando llegó al palco con la duda.

Sonaban los instrumentos afinándose, estruendosos y maullantes. Y las gentes del pueblo llano entraban y veían con incertidumbre que el tirano había llegado antes que ellos. Musitaban. "Panem et circenses", pensaba Vengando. "Poco se pueden quejar mis ciudadanos de que no les trato bien; hasta les ofrezco entradas gratuitas de espectáculos populares". En eso, concluyó su paciencia (los "amenos" acompañantes volvían a hablarle de la crisis, y ya casi todo el teatro estaba lleno); que comenzara ya aquello, algo tan apoteósico como populachero, una zarzuela de Ruperto Chapí ideal para las masas, y para que se callara al fin todo el mundo.

Atentado por VENGANDO a las 11 de Agosto 2008 a las 04:26 PM
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