-¡Queremos guerra! ¡Queremos guerra!
Con una cierta falta de respeto, pero también con un ánimo que le enorgullecía, sus aguerridos muchachos gritaban, puño en alto, pidiendo la intervención.
-¡Queremos guerra! ¡Queremos guerra!
Vengando, que pasaba altivo entre ellos, ondeando a cada pisada, pese al calor, su capa oscura, y sin mirar a ninguno a los ojos, se dirigió a la salida del cuartel tras la insustancial arenga de turno.
Había contactado con Rusia y con Georgia (con Osetia del Sur, no) y estaba dispuesto a movilizarse. ¿Lo haría? ¿De qué lado se decantaría? Como la del País Vasco del Norte o la de la Cataluña del Este, la independencia de Osetia con seguridad sería, sobre todo, un capricho de políticos, Vengando el primero. Lo haría, quizás, siempre con condiciones. Tras él y su séquito cerraron las puertas.
-¡Queremos guerra! ¡Queremos guerra!
Se alejaba el murmullo...
Atentado por VENGANDO a las 9 de Agosto 2008 a las 10:19 PM