-Se acabó lo que se daba...
-Y era mejor que se acabara, aunque lo que venga sea peor. Fue un año horrible y de muchos errores, también de mi parte. Nos hemos equivocado. Durante siglos se han alternado nuestras ciegas creencias en el progreso y nuestro golpe contra su quimera. Abusamos de su confianza. ¿Y acaso hay algo que hayamos aprendido? Diría que casi nada. Tras tanta crisis y tanto conflicto, sólo podría afirmar que no nos hemos de fiar de nadie, que no hay buenos aliados en nada, menos aún cuando, con tales problemas, un mínimo detalle se convierte en una tragedia de proporciones desmesuradas. Eso es demasiado contagioso y negativo. Habrá que tomar otros caminos, y con más vehemencia, mucha más y más voluntariosa. Preparémonos para el desastre por si acaso.