-No esperaba este tipo de condiciones para su rendición...
El máximo benefactor volvió a coger los papeles, que bien podrían estar en blanco, que bien podrían estar escritos en chino, que bien podrían no testimoniar ninguna de las batallas ni las ocupaciones... No sabía cómo tomarse las condiciones, en resumen.
-Lo que hacen es dejarme para mí los territorios conquistados, ¡qué listos! Es tierra yerma que pasa a formar parte de mi administración, y sobre todo, de mis gastos. No firmaré este documento, ni tampoco declararé concluida la guerra. Por el momento, y a esto sí accedo, devolveremos los presos y los heridos de guerra que aún quedan aquí. Sin embargo, por mucho que le pueda doler a la comunidad internacional, la ciudad y los territorios conquistados nos los quedamos. En unos meses nos pueden venir muy bien.
Y optó por otra decisión más radical. Como Nerón furibundo, demolería y quemaría todo lo que pudiera de la urbe anodina en sus nuevos dominios. Arrasar esa estrenada provincia para, en su momento, volver a reconstruirla a su soberana manera le pareció una bella idea. ¿Para qué, si no, iba a querer él algo tan abandonado?
Atentado por VENGANDO a las 27 de Octubre 2008 a las 08:11 PM