7 de Octubre 2008

ACAMPADA

Era cuando todo parecía desmoronarse cuando había que sacar más fuerza de voluntad. La situación parecía ir de mal en peor, pero se acercaba la fecha en que se tomarían las decisiones, en que se emprenderían los movimientos, en que se reaccionaría. Hasta el momento, el enemigo sólo había hecho ruido. Algún vuelo de reconocimiento intentaba acercarse a la frontera, pero sin éxito. Y los otros países limítrofes seguían sin responder. Se quedaba solo.

En pleno paseo nocturno de supervisión, mientras se observaba tras las colinas un espectáculo de luces y estruendo de fogueo por parte del otro bando, Vengando ordenó que los vendedores ambulantes y las prostitutas que se iban atrincherando a las puertas de la base improvisada volvieran a la ciudad. En el campamento estaban bien abastecidos de todo lo que necesitaban, y de prostituirse, sólo las mujeres del enemigo lo harían para ellos.

Parecía cada vez más que le miraban con recelo. Resultaba interesante ver cómo de la noche a la mañana podía ser juzgada una persona con otros ojos; cómo cambiaba la propia vida. En unas circunstancias tan negativas, habría incluso algún lugarteniente que deseara que se perdiera esa guerra para, al fin, acabar con el régimen impuesto. El más leal entre ellos, al menos el que mejor mentía, había recomendado al mandatario aumentar su guardia personal. Lo rechazó; también el vehículo oficial; todos correrían los mismos riesgos con los mismos medios, aunque el detentara todo el poder. De la ciudad le llegaban noticias de protestas pacíficas, pero sin demasiados problemas. Vengando estaba seguro, por otra parte, de que el propio Consejero también se habría tomado alguna licencia especial y habría ocupado sus dependencias. Pronto regresaría; muy pronto se verían los resultados.

Atentado por VENGANDO a las 7 de Octubre 2008 a las 04:30 PM
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