Como si fuera un experto, le volvieron a plantear la sempiterna cuestión. Y lejos de tener la verdad absoluta, no concebía la misma respuesta que habría tenido cinco minutos antes. Lo cual, en ese tema, podía ser digno de alguien próximo a ser un experto, o lo que era lo mismo, un charlatán.
-El arte -engoló la voz con orgullo de urogallo- hoy puede ser figurativo o abstracto; subjetivo u objetivo; realista, fantasioso, hasta simbólico; de traza infantil o grave pedantería conceptual; exagerado tanto en lo trágico como en lo cómico; y aunque siempre sin convencimiento, evasivo o comprometido. Antes se llamaba artistas a héroes que podían quedar por encima de los más triunfantes caudillos o de los pensadores más sesudos y preclaros, y si lo que ahora se intenta hacer puede compararse en algo a aquello, entonces yo soy crítico, muy crítico de arte.
Podían preguntarle al mismo Antonio López, el pintor español vivo más cotizado del momento, y a la postre, el más aburrido, y con seguridad tampoco tendría razón. Por mucho hiperrealismo, no se llega a la verdad.
Apartando lo solemne del tema, en aquellos cinco minutos prefería quedarse con lo transgresor y jacarandoso, con la estratégica cáscara de plátano o el típico tartazo en la cara, o con la mierda enlatada si hacía falta. Eso también era arte, según algunos. Muy bonito el membrillo, pero todo acababa podrido.
Atentado por VENGANDO a las 28 de Julio 2008 a las 04:24 PM