18 de Junio 2008

NOCTURNO DE SILENCIOS

Se le ocurrió salir a la ciudad en plena noche, sin avisar más que a una reducida escolta de guardia que le acompañaría. Pese a los faroles, parecía como si pulpos gigantes rondaran flotando por el aire y espesaran con sus tintas el ambiente; ni siquiera la poca iluminación quería diluirlo. El silencio, como el peso de las losas, absoluto, no se rompía ni con las marciales pisadas del séquito. De hecho, todo era silencio; parecía, más que una poblada conquista de su voluntad, una ruina de lo que fuera en tiempos de bonanza y libertad. La oscura capa del uniformado avanzaba ondeando por las amplias avenidas desiertas, sólo interrumpidas por carros de combate y patrullas de tahures y grandes fumadores aislados en puntos estratégicos, pero también se decidió a recorrer callejas sinuosas, más abandonadas, llenas de recovecos tras los cuales, en cualquier momento, podía sorprender una conspiración. No debía olvidar que se encontraba solo (ante su propia empresa, ante el mundo, ante la vida, ante la esquina de un establecimiento sin ninguna importancia, pero, seguro, con un sótano ilegal que no iba a intervenir en ese momento, porque no), y no obstante, de no ser porque él era quien daba miedo, habría estado aterrorizado.

Atentado por VENGANDO a las 18 de Junio 2008 a las 07:41 PM
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