-Me estoy acordando de aquél que vino pidiendo tanta documentación y tanta información, ofreciendo a cambio humo. Sabes de quién te hablo. Y es que estamos rodeados de hijos de puta. Hasta el mismísimo padre de Lautréamont, en cuanto murió éste, según se cuenta, intentó borrar todo rastro de su hijo, como si no hubiera existido. Y lo consiguió durante una media centuria. Resultará algo irónico, pero no te fíes de nadie, Consejero, de nadie. Si alguna vez caes en manos de gente así, para eso está la píldora de cianuro.
Atentado por VENGANDO a las 14 de Junio 2008 a las 08:02 PM